Imagen : Cjc2nd, CC BY-NC-SA ( Other
A finales de enero de este año las autoridades chinas comenzaron a extender el uso de test anales para la detección de infecciones por Covid-19. Ahora la ciencia podría implementar un enfoque novedoso en la lucha contra el coronavirus en un nuevo ensayo: trasplantes fecales.
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Conocido como trasplante de IStool, o trasplante de microbiota fecal (FMT), su objetivo suele ser estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo mediante la introducción de un elenco saludable de microbios en el microbioma intestinal. El tratamiento consiste en donar algunas heces de una persona a otra empaquetán dol as en una pastilla .
También normalmente, los donantes suelen ser personas con las que vives muy cerca, ya que su microbioma intestinal estará armado con todas las bacterias buenas que son útiles en tu hábitat específico. En esencia, se administran como un medio para estimular la inmunidad de alguien, a menudo después de que su intestino ha perdido las bacterias buenas debido a una enfermedad o como resultado de una medicación inapropiada.
Ahora, y tras dos informes de pacientes que se infectaron con un virus estomacal y COVID-19, este tipo de trasplantes podría tener una nueva función en la lucha contra el coronavirus. Cada uno de estos pacientes recibió un trasplante fecal y poco después los síntomas de ambas enfermedades desaparecieron rápidamente. Los hallazgos se publicaron en la revista Gut.
En el primer caso, un hombre de 80 años había estado luchando contra el Clostridioides difficile recurrente y luego sucumbió a una neumonía, así como a síntomas de COVID-19. Una prueba de hisopo confirmó que el paciente había dado positivo y, por tanto, fue tratado con remdesivir y plasma de convalecencia que contenía anticuerpos contra el SARS-CoV2. También se les realizó un trasplante fecal para combatir el C. difficile recurrente.
Lo sorprendente aquí es que tras el trasplante los síntomas de COVID-19 desaparecieron, y aunque también se administraron otros tratamientos, actualmente no se cree que ninguno de ellos sea eficaz para acelerar el tiempo de recuperación de la enfermedad.
En el segundo caso, un joven de 19 años que tenía colitis ulcerosa también estaba experimentando episodios repetidos de C. difficile, por lo que se le administró antibióticos y un trasplante fecal para combatirla. Poco después, el paciente desarrolló síntomas de COVID-19 y nuevamente una prueba de hisopo confirmó que estaba infectado con el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, sus síntomas remitieron sin ningún tratamiento.
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Cuentan los investigadores que en ambos casos pudieron descartar que los pacientes se infectaron con SARS-CoV-2 por los trasplantes fecales, ya que se les hizo la prueba del virus antes de administrarlos. Lo sorprendente es que ambos tenían factores de riesgo de experimentar síntomas graves de COVID-19 y, sin embargo, ninguno se enfermó particularmente con la enfermedad.
Según explican:
Una posible explicación es que el trasplante de heces mitigó resultados más adversos, potencialmente a través de un impacto en las interacciones microbioma-inmunes. Nuestra principal conclusión de estos casos es que el trasplante de heces parece seguro y de eficacia comparable en el tratamiento de la infección por C. difficile recurrente en pacientes con COVID-19 coexistente. Estos datos nos permiten especular que la manipulación del microbioma intestinal puede merecer una mayor exploración como estrategia inmunomoduladora en COVID-19.
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Por supuesto, los hallazgos no son definitivos, ya que no se puede confirmar que las píldoras de heces fueran el factor decisivo en la disminución de la gravedad y la recuperación de la enfermedad. Sin embargo, los investigadores sugieren que es un área que deberá investigarse. [ScienceAlert]