Impactantes imágenes revelan cómo reaccionan los fetos a lo que su madre come

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La reproducción es la base del éxito de las especies que ayuda a garantizar su supervivencia y el ser humano no es una excepción a esta regla biológica y evolutiva.

Pero en términos más antropocentristas, la decisión de formar una familia, va más allá de querer preservar la especie, también puede verse como un factor social o bien, personal.

Durante las etapas de desarrollo, es importante el constante monitoreo para conocer el estado de salud del feto que puede variar desde generalidades como signos vitales, hasta un informe más detallado de posibles complicaciones o enfermedades.

La alimentación de una embarazada suele ser variada, si bien, los obstetras recomiendan mantener una dieta balanceada, rica en ácido fólico, vitaminas y nutrientes suficientes para alimentar de manera correcta al feto y procurar un optimo estado de salud en la madre, lo cierto es que; muchas mujeres suelen tener una serie de antojos muy particulares.

Estos gustos pueden ir desde un cotidiano platillo como puede ser una hamburguesa, hasta extrañas combinaciones que llegan a ser algo (para los demás) desagradable. También se comentan que los caprichos culinarios parecen pronunciarse en las horas menos adecuadas, siendo en la madrugada, cuando hay mayor incurrencia de antojos.

Durante los primeros meses de vida, el bebé se mantiene con una dieta a base de leche materna (o fórmula) y agua, aunque, el verdadero dilema para alimentarlo esta por venir.

Una vez que se empiezan a implementar otros alimentos; desde una edad temprana hasta alcanzar la niñez, los hijos suelen tener cierto desaire por las verduras y de acuerdo a un reciente estudio, la elección de los vegetales de agrado o desagrado podrían estar marcadas, incluso, antes de nacer.

En el estudio publicado en la revisas académica Psychological Science, sugiere que los fetos hacen “caras” cuando la madre ingiere ciertos vegetales.

De acuerdo a lo observado, una vez que las mamás consumen zanahorias, las ecografías muestran que los fetos sonríen, pero, si el alimento ingerido se trata de kale, también conocida cómo col rizada, estos tienden a llorar.

«Decidimos hacer este estudio para entender más sobre las capacidades fetales para el gusto y el olfato en el vientre materno», dijo a CNN por medio de un correo electrónico, la investigadora principal Beyza Ustun, investigadora de postgrado en el Laboratorio de Investigación Fetal y Neonatal de la Universidad de Durham, en el Reino Unido.

Diversos estudios suponían la idea que, los fetos pueden oler y saborear los productos con los que son alimentados desde el útero; pero esta es la primera investigación que muestra pruebas directas de las expresiones fetales.

La fase experimental consistió en el análisis de 100 fetos sanos, cuyas madres tenían entre 18 a 40 años y se encontraban en un periodo de gestación de 32 a 36 semanas.

Las mujeres se dividieron en 3 grupos distintos, teniendo un grupo control con 30 embarazadas que no consumieron ningún tipo de pastilla, otro con 35 mujeres que se les administró una cápsula de kale orgánico y las otras 35, consumieron una pastilla de zanahoria.

Para disminuir un margen de error, las embarazadas no consumieron productos que contuvieran como base estos vegetales durante el día y se les pidió no ingerir alimento desde 1 hora antes del estudio.

Veinte minutos después de la ingesta de las capsulas, las mujeres fueron sometidas a ecografías en 4D y comparadas con imágenes en 2D. Los fetos que mostraron una comisura en los labios o sonrisa fueron significativamente mayores en el grupo de embarazadas que consumió zanahoria, mientras las facciones características de molestia o llanto se hicieron presentes en el grupo de madres que consumió kale.

Gracias a este estudio se podría adaptar una dieta y acostumbrar a los fetos, familiarizándolos con el sabor de las verduras que suelen generar más problemas en el momento de la ingesta.

Para más información, consulta: Psychological Science