Dióxido de cloro: qué es y por qué se recomienda no consumirlo

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Bajo el nombre “suplemento mineral milagroso”, el dióxido de cloro se ha promovido hace años fuera del ámbito científico como una supuesta cura para una variedad de enfermedades como alergias, alzheimer, cáncer y problemas de peso.

En el último tiempo, sus promotores lo impulsan como sustancia para supuestamente curar y prevenir el coronavirus, cuestión que la ciencia descarta.

Su uso provocó la muerte de un niño de 5 años en la provincia de Neuquén y la polémica se renovó luego de que un juez ordenó al sanatorio Otamendi suministrarle a un paciente el compuesto que estaba internado allí con Covid-19 y que posteriormente falleció.

A raíz de estos casos, y al igual que se informó en agosto del año pasado, la ANMAT recomendó “a la comunidad no consumir productos que contengan dióxido de cloro o sustancias relacionadas (clorito de sodio, hipoclorito de sodio, lavandina) ya que no hay evidencia científica sobre su eficacia y el uso de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.

“En función de la reciente circulación de información respecto del producto mencionado, ANMAT recuerda que la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de Covid-19 u otras enfermedades, no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte de este organismo para su comercialización y uso”, expresó el organismo en un comunicado.

Y concluye: “En consonancia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), emitió un documento sobre la posibilidad de efectos adversos que podría causar la ingesta del producto en cuestión. Por ello, se recuerda a la población no utilizar productos no autorizados, ya que se encuentran fuera de lo establecido en la normativa vigente”.