África Occidental está tomando medidas para evitar que el ébola entre en sus países, mientras aumentan los casos en Guinea, país que el lunes declaró epidemia por este virus, el cual provoca síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, vómitos y diarrea.
Cinco personas han muerto en Guinea a causa de esta enfermedad altamente contagiosa, según informó este martes su Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria en un comunicado enviado por correo electrónico. Tres personas han dado positivo y otros diez casos sospechosos están a la espera de los resultados de los laboratorios, agregó.
Las autoridades también están vigilando a 125 personas que estuvieron en contacto con los casos. La mayoría de ellas se encuentran en la región sudoriental de Nzerekore, donde se ha declarado un brote, y las diez restantes en la capital, Conakry.
Hasta el momento no se han notificado casos ni contactos más allá de Guinea, dijo este martes por teléfono desde la capital Georges Ki-Zerbo, que dirige la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el país.
La OMS, que espera que se confirmen más casos a nivel local en los próximos días, ha advertido a los vecinos que “actúen inmediatamente” para evitar una propagación, dijo Zi-Kerbo.
Guinea estuvo en el epicentro de la epidemia de ébola de 2014 a 2016, que se extendió principalmente a Liberia y Sierra Leona, infectando a más de 45 mil personas en África Occidental y matando a más de 11 mil. Ahora, el último brote no podía llegar en peor momento, ya que los países se enfrentan a las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia de coronavirus.
Los países más afectados todavía se están recuperando del último brote de ébola, dijo Gyude Moore, miembro del Centro para el Desarrollo Global en Washington D.C. y exministro del gabinete de Liberia, en una respuesta enviada por correo electrónico. El resurgimiento “se produce en un momento en el que los gobiernos tienen menos recursos, las economías se ralentizan y el sistema mundial está preocupado por una pandemia”, añadió.
Guinea fue el primer país del África subsahariana en administrar las vacunas contra COVID-19, pero solo ha vacunado a 55 personas. Ahora está trabajando para conseguir las vacunas contra el ébola, aprobadas para su uso en 2019, en los próximos tres días, dijeron las autoridades, alimentando la esperanza de que el nuevo brote sea contenido.
Costa de Marfil, que comparte una frontera occidental con la región guineana afectada, ha tomado medidas de protección “reforzadas”, señaló la nación en un comunicado el lunes. También ha reactivado sus centros de vigilancia del ébola y ha reforzado los controles en las fronteras terrestres, marítimas y aéreas.
“El gobierno insiste en la responsabilidad personal y colectiva en la lucha contra las dos enfermedades”, comentó el ministro de Salud de Costa de Marfil, Aka Ouele, en el comunicado.
Ellen Johnson Sirlea, expresidenta de Liberia, que dirigió el país durante la última epidemia, hizo eco de este proceso en un tuit el lunes, después de que el actual presidente, George Weah, ordenara a las autoridades sanitarias aumentar la vigilancia.
Las autoridades de Sierra Leona y Nigeria -el país más poblado de África que sofocó el brote de 2014 antes de que pudiera arraigarse- también están reforzando los controles, según declaraciones gubernamentales.:
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