Las fuerzas armadas israelíes rodeaban la Ciudad de Gaza y aislaban la parte norte del asediado territorio gobernado por Hamás.
Tras más de una semana de presiones públicas de Estados Unidos reclamando “pausas humanitarias” en Gaza, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, admitió que su gobierno podía aceptar apenas “pequeñas pausas” en su ataque a Hamás.
El líder israelí intentó minimizar las diferencias con el principal valedor de su país en la comunidad internacional en un momento de creciente escrutinio sobre la enorme cifra de víctimas civiles en los combates.
Netanyahu habló después de una petición directa del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, casi un mes después de que comenzara la guerra. Biden trataba de conseguir apoyos para un alivio al menos limitado para los civiles en el creciente conflicto. El tira y afloja subrayaba los desafíos que enfrentan Biden y su gobierno para manejar lo que se está convirtiendo en una de las crisis de política exterior definitorias de su mandato.
Por ahora, Estados Unidos sigue centrado en impedir que los combates desaten una guerra regional más amplia y presiona para que se tomen medidas limitadas que alivien el sufrimiento de los civiles.
Pero ha mantenido su firme apoyo a Israel y al objetivo de Netanyahu de poner fin al control de Hamás sobre Gaza, incluso mientras la cifra de muertos en Gaza alcanzaba las 10 mil personas, según el Ministerio de Salud que gestiona Hamás.
Biden empleó su primera conversación con Netanyahu en ocho días para reiterar en privado sus peticiones públicas de que se hagan recesos en los combates que permitan a los civiles huir de la campaña israelí para aplastar a Hamás, así como la entrada de ayuda humanitaria para cientos de miles de personas necesitadas.
“Consideramos que estamos en el principio de esta conversación, no al final de ella”, dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, refiriéndose a la conversación de los dos mandatarios. “Así que ustedes pueden esperar que seguiremos abogando para que haya pausas temporales en los combates, limitadas a un área en particular”.
Horas más tarde, Netanyahu descartó un cese el fuego generalizado en una entrevista con ABC News, aunque sugirió la posibilidad de “pequeñas pausas”. No estaba claro si se había acordado alguna clase de receso limitado o si Estados Unidos estaba satisfecho con el alcance del compromiso israelí.
“Bueno, no habrá un cese el fuego, un cese el fuego general, en Gaza sin la liberación de nuestros rehenes”, dijo Netanyahu cuando se le preguntó por las pausas humanitarias de Biden. “En cuanto a pequeñas pausas tácticas, una hora aquí, una hora allá. Las hemos tenido antes, supongo, comprobaremos las circunstancias para permitir la entrada de mercancías, mercancías humanitarias, o la salida de nuestros rehenes, rehenes individuales. Pero no creo que vaya a haber un cese del fuego general”.
La conversación entre los dos mandatarios se produjo tras un frenético fin de semana del secretario de Estado, Antony Blinken, que visitó Israel, Jordania, la ocupada Cisjordania, Chipre, Irak y Turquía buscando apoyos para la propuesta de la Casa Blanca de iniciativas humanitarias.
“Todo esto es un trabajo en curso”, declaró Blinken antes de partir de Turquía. “Obviamente no estamos de acuerdo en todo, pero hay puntos de vista en común”.
El director de la CIA, William Burns, también estaba en Oriente Medio, reuniéndose con socios de inteligencia y gobernantes de varios países, dijo el lunes un funcionario estadounidense, el cual habló bajo condición de anonimato para comentar los viajes de Burns, que no suelen hacerse públicos. Estados Unidos pretende que sus conversaciones refuercen su compromiso con la cooperación en inteligencia, especialmente en las áreas de terrorismo y seguridad, agregó el funcionario.
En tanto, las fuerzas armadas israelíes rodeaban la Ciudad de Gaza y aislaban la parte norte del asediado territorio gobernado por Hamás. Los soldados israelíes estaban preparándose para ingresar a la urbe, donde probablemente enfrentarán a milicianos en combates calle por calle.
Al preguntársele si la cantidad de fallecidos era un motivo para que Estados Unidos reconsiderase su firme respaldo a Israel, Kirby respondió: “Creo que todos tenemos que recordar contra quién están peleando”, y se refirió a la incursión de Hamás el 7 de octubre en la que mil 400 personas fueron asesinadas, civiles en su mayoría, hecho que desató la guerra. Insistió en que ningún país toleraría un ataque así “sin implementar una respuesta rápida y contundente”.