Heridas de bala en el pecho y el abdomen que pusieron en peligro su vida, horas de cirugía de urgencia, cuyo resultado era incierto, y ahora posiblemente meses de recuperación: el primer ministro eslovaco, Robert Fico, parece haber sobrevivido por poco al intento de asesinato que sufrió el miércoles(15 de mayo de 2024). Hacía décadas que no se producía un atentado tan grave contra un jefe de gobierno de un país europeo. La conmoción es ahora mayor, sobre todo en la propia Eslovaquia, pero también en otros lugares. El intento de asesinato contra Fico es la triste culminación, por el momento, de la creciente violencia contra los políticos en muchos países europeos.
En Eslovaquia, un país de cinco millones de habitantes profundamente dividido políticamente, donde el tono entre los partidos es extraordinariamente áspero y violento, casi todos los adversarios y oponentes de Fico han expresado su horror y consternación. El principal partido de la oposición canceló las protestas contra la reorganización de la radiotelevisión pública prevista por el gobierno de Fico. La presidenta Zuzana Caputova -que también ha sido objeto de múltiples campañas de desprestigio, por lo que pronto abandonará su carrera política- hizo un llamamiento a la élite política de su país y a la opinión pública para que renuncien al clima de odio y violencia verbal.
El presunto autor fue detenido el miércoles. Imagen: Radovan Stoklasa/AP Photo/picture alliance
Aún no se han aclarado los motivos del autor ni las circunstancias del delito. Parece tratarse de un solo agresor. Juraj C., de 71 años, de la pequeña ciudad de Levice, en el suroeste de Eslovaquia, trabajaba en una empresa de seguridad y, según los medios de comunicación eslovacos, había querido seguir sin éxito una carrera como escritor y poeta. Supuestamente pertenecía a una asociación de escritores de derechas. Al parecer, en el pasado también había publicado contenidos contra los inmigrantes y los romaníes en las redes sociales. Aparentemente, también se oponía a la coalición de gobierno nacionalista de derechas del primer ministro Fico. Los observadores lo describen como un hombre frustrado y políticamente confuso.
Brutales asesinatos mafiosos
No había nada que sugiriera tal ataque contra Fico. Pero el atentado forma parte de una larga historia de graves actos de violencia en la política y el crimen organizado en Eslovaquia. El país nunca ha sacado conclusiones definitivas de este pasado.
Tras la disolución pacífica de Checoslovaquia y la independencia en 1993, el país, bajo el mandato del primer ministro Vladimir Meciar, se encontró durante años en una encrucijada entre un régimen autocrático con estrechos vínculos con el crimen organizado y un desarrollo basado en el Estado de Derecho. Este periodo se caracterizó por la delincuencia económica y las privatizaciones, brutales asesinatos mafiosos y numerosos y graves atentados contra los críticos del sistema de Meciar.
La adhesión de Eslovaquia a la UE en 2004 pareció marcar el final de esta era. Fue también el momento en que comenzó la carrera política de Robert Fico en Eslovaquia. Fico, abogado, se hizo un nombre como socialdemócrata y luchador contra la corrupción y el neoliberalismo rampante. Tras convertirse en primer ministro por primera vez en 2006, pronto se rumoreó que él mismo estaba implicado en escándalos de corrupción.
Sin verdaderas reformas
Fico pasó de ser socialdemócrata a nacionalista de derecha hace muchos años. A Fico le encanta reprender a la Unión Europea, al liberalismo, a la “ideología LGBTQ” y a los supuestos enemigos de los “valores tradicionales”. Defiende posturas prorrusas y antiucranianas, sus oponentes son todos “traidores” para él, llama a los periodistas críticos “hienas”, “idiotas” o “prostitutas antieslovacas”. De este modo, el propio Fico ha contribuido decisivamente a crear un clima que la consternada presidenta Caputova caracterizó así en un discurso el miércoles: “La retórica de odio que estamos viviendo conduce a actos de odio”. Y añadió: “¡Por favor, paremos esto!”
(gg/ers)