Hezbollah, el poderoso grupo militante libanés, parece haber pasado a la clandestinidad. Varios indicios apuntan a que el grupo está en retroceso y se ha hundido aún más en las sombras.
La primera señal fue la ausencia de una reunión pública de altos cargos y simpatizantes para escuchar el discurso televisado del líder del grupo, Hassan Nasrallah, el jueves. Normalmente, estas reuniones son un evento habitual para el grupo.
Pero el discurso de Nasrallah, el primero desde que dos oleadas de ataques detonaran miles de dispositivos inalámbricos de Hezbollah a principios de esta semana, fue muy posiblemente pregrabado. El líder militante no ha pronunciado un discurso en persona desde el comienzo de la última guerra total de Líbano contra Israel en 2006, aunque suele empeñarse en demostrar que sus emisiones son en directo.
Durante el discurso del jueves, mientras Nasrallah hablaba, Israel lanzó bengalas sobre la capital libanesa y provocó una nueva oleada de estampidos sónicos que hicieron temblar las ventanas de la ciudad. Sin embargo, el líder militante ni se inmutó ni se refirió al incidente, lo que sugiere que su intervención había sido grabada con anterioridad.
“Sin duda, hemos sufrido un duro golpe”, reconoció Nasrallah, describiendo el ataque como “sin precedentes en la historia de la resistencia en Líbano” y prometiendo un “ajuste de cuentas” y un “castigo justo” para Israel.
Los expertos coinciden en que los ataques contra los dispositivos inalámbricos de Hezbollah han empujado al grupo a un mayor hermetismo y clandestinidad. Ahora, el desafío para Hezbollah será mantener su presencia y capacidad de respuesta sin exponer demasiado sus operaciones.
¿Logrará Hezbollah salir de las sombras y recuperar su influencia? Sigue de cerca la cobertura de N24 para estar al tanto de los próximos movimientos de este enigmático grupo militante.