El Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) han anunciado la “suspensión temporal” de la coalición que ambos mantenían con el PRI. La causa es la iniciativa presentada por este partido en el Congreso para que se prorrogue hasta 2028 la presencia de los militares en las calles de México ejerciendo tareas de seguridad pública. La iniciativa también divide al PRI, cuyos líderes en el Senado no están de acuerdo con esta medida. El presidente del Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, manifestó este martes su apoyo a la iniciativa del partido tricolor, lo que profundizó aún más las grietas entre los grupos opositores.
PAN y PRD han emitido un comunicado en el que expresan su “sorpresa y profunda incomodidad” con la iniciativa del PRI, a quien pide que “valore y honre” la plataforma electoral que tenían acordada en conjunto. “Prorrogar la militarización del país es una irresponsabilidad y contraviene las leyes que los partidos de la oposición hemos votado en contra”, han señalado. La ruptura de las relaciones se prolongará hasta que el PRI respete los acuerdos de la coalición Va por México, con la que las tres formaciones ha venido concurriendo a las últimas elecciones en el país, y con la que forman el bloque opositor en las Cámaras a la mayoría de Morena. El PRI ha respondido de inmediato. Su coordinador nacional, Alejandro Moreno, ha dicho en redes sociales: “El PRI no se va a quedar sentado contando muertos. Si con la iniciativa que presentamos, se salva una vida, habrá valido la pena. Todos en México estamos cansados de la inseguridad”.
La tensión entre los partidos se fraguaba desde hace días, cuando la diputada por Durango, Yolanda de la Torre, presentó esta iniciativa para que los militares sigan siendo fuerza del orden público en las calles. Pronto recabaron el apoyo de Morena, por boca del mismo presidente del Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, pero también las amenazas de divorcio por parte de sus aliados. “En el PRI no aceptamos órdenes de aliados ni de adversarios”, dijo este martes Moreno. Horas antes, el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, había advertido a sus socios que si no deponían su actitud en el Congreso se verían obligados a cortar lazos, como ha ocurrido. A pesar de todo, tanto Moreno como el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, han expresado la posibilidad de que la alianza siga en pie.
La tormenta política tiene capítulos adyacentes que no ha pasado inadvertidos entre los analistas políticos. Alejandro Moreno, Alito, está pendiente de un pleito judicial por enriquecimiento ilícito a solicitud de la Fiscalía de Campeche, para lo que se necesita su desafuero como diputado. La ruptura con sus socios y el apoyo al requerimiento de Morena en su estrategia de seguridad pública, sería la moneda de cambio para su protección ante los tribunales, según han manifestado algunos analistas en la prensa local. Su adversaria más correosa, la gobernadora morenista en Campeche, Layla Sansores, anunció también que Moreno ya no será objeto de crítica en su programa Los martes del Jaguar, donde han venido atacándolo sistemáticamente a través de videos con supuestas conversaciones del dirigente priista que evidenciaban ilícitos del político. Este gesto de la gobernadora también se ha entendido como una tregua en la batalla entre el PRI y Morena.
Preguntado Alito sobre el intercambio de favores del que se habla en los mentideros políticos, o sea, su protección jurídica a cambio de apoyar la militarización, ha dicho: “Nada más lejos. No tengo nada que esconder, tengo la cabeza tranquila y estoy firme”. El líder priista ha señalado que los ataques que ha recibido el partido responden a los compromisos que han mantenido. A su parecer, la población necesita la policía. “Imaginen sacar 80.000 militares de las calles y dejar 23.000 guardias”, tal y como está la situación en México, “sería un suicidio”, ha justificado.
El PRI pasa sus horas más bajas, tras una constante caída electoral que lo aleja de las posiciones que tuvo en el panorama político nacional durante décadas. La fuerza del PRI se ha ido desgastando constantemente con la gran irrupción en el panorama político mexicano de Morena, donde se ha refugiado muchos de los antiguos dirigentes y simpatizantes priistas. El argumento que esgrime ahora el partido tricolor para apoyar la iniciativa en pro de los militares es la enorme inseguridad que atraviesa México, el mismo que ha empleado el presidente López Obrador para reconocer que había tenido que rectificar su postura de antaño, cuando criticaba la presencia militar en las calles. “He cambiado de opinión ante la violencia que heredé”, dijo este martes.
El Senado sigue siendo, sin embargo, un bastión opositor. La militarización de la Guardia Nacional, que estos días se discute en la Cámara alta, ha dejado ver la división que atraviesa el PRI. Los senadores priistas también mostraron su enfado por la iniciativa en el Congreso de su propio partido y expresaron su desacuerdo. También han pedido explicaciones a los suyos por dicha medida.
El comunicado, que firman Marko Cortés por el PAN y Jesús Zambrano por el PRD, pide al PRI que no ponga en riesgo las posibilidades electorales del bloque opositor contra Morena en los comicios presidenciales (y otros) que se celebran en 2024. Ambos reconocen las “aportaciones históricas” del Ejército al país, pero no quieren, han dicho, que los militares sean culpados por la ciudadanía “ante el fracaso de la estrategia de seguridad del actual gobierno”.
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