En el verano de 1939, cuando el avance del nazismo amenazaba la seguridad de Pablo Picasso, el afamado artista encontró refugio en un pequeño pueblo costero francés llamado Royan. Lejos de la agitación de París, Picasso y su familia se establecieron en este apacible balneario, donde el artista encontró la inspiración y la tranquilidad necesarias para continuar su prolífica carrera.
Durante su estancia en Royan, entre septiembre de 1939 y agosto de 1940, Picasso no cesó su producción artística. Aunque las circunstancias le obligaron a utilizar materiales más limitados, el artista llenó cuadernos con dibujos, poesía y reflexiones, capturando la esencia de este período en su vida.
La exposición “Los cuadernos de Royan”, organizada por el Museo Picasso de Málaga, ofrece una ventana única a este capítulo poco conocido de la vida del maestro. Los ocho cuadernos reunidos en la muestra revelan el proceso creativo de Picasso, quien aprovechaba hasta el último rincón del papel para plasmar sus ideas.
Además de los cuadernos, la exposición incluye obras emblemáticas de este período, como “Tres cabezas de cordero” y “Mujer peinándose”, que reflejan la pulsión creativa de Picasso durante su refugio en Royan. Estas piezas, junto a los íntimos apuntes del artista, ofrecen una mirada fascinante a la vida y la obra de uno de los genios del arte del siglo XX.
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