La actriz Naya Rivera, quien murió el pasado 8 de julio mientras se encontraba con su hijo en el lago Piru, ubicado en Los Ángeles, luchó hasta el último momento de su vida para salir del agua, así lo reveló su autopsia.
De acuerdo con los análisis forenses que se hicieron sobre su cuerpo, la mujer murió con el brazo elevado con la intención de llamar la atención de alguien que la ayudara a sobrevivir, informaron las autoridades.
Minutos antes del accidente, Rivera se negó a usar un chaleco salvavidas, debido a que tenía experiencia nadando.
Encuentran uso de medicamentos en la necropsia
De acuerdo con la necropsia que se hizo sobre los restos de la estrella de Glee, se encontró que tenía problemas relacionados con una infección en los senos nasales, había tomado medicamentos prescritos y además tenía problemas de vértigo.
Los fármacos que había tomado fueron recetados para controlar pequeños periodos de ansiedad que Rivera padecía en ocasiones y además para suprimir el apetito.
Sin embargo, ninguna de estas condiciones fueron de relevancia en la muerte de la actriz de origen puertorriqueño, indicó la policía de Los Ángeles.
“Ttenía niveles bajos de anfetamina (Adderall, Dexedrine), diazepam, etanol y fentermina (un supresor del apetito) en su sistema”. Extracto del informe forense.
Declaraciones de su hijo
De acuerdo con el testimonio del menor de edad, su mamá se había arrojado al agua junto con él, pero que después de pedirle que regresara al bote empezó a gritar por ayuda y a subir el brazo para llamar la atención.
Después de eso, la actriz no fue vista sino hasta el 13 de julio, cuando sus restos fueron sacados del agua.
GDM
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