Disney Plus está arrasando con sus cifras, pero aún no las tiene todas consigo

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Disney Plus está arrasando con sus cifras, pero aún no las tiene todas consigo

Al cumplirse un año de su lanzamiento, Disney Plus demuestra que es el valor activo más importante de la compañía en tiempos inciertos con más de 73 millones de suscriptores.

Disney no ha tenido un buen año en lo tocante a su división de entretenimiento: la mayoría de sus grandes proyectos para la segunda final de año fueron aplazados, las series anunciadas para su canal streaming tuvieron que detener su producción debido a la emergencia sanitaria del coronavirus y sus estrenos más esperados tuvieron resultados mixtos. A excepción de Hamilton, la gran sorpresa de temporada de su canal online.

Con todo, la compañía enfrenta un desafío sin precedentes: el de batallar contra el severo revés que significó el parón de un año en el mundo del espectáculo para llevar adelante su estrategia de negocios. Y tiene un as bajo la manga para lograrlo: Disney Plus.

Por supuesto, los peores momentos de Disney — como compañía — siguen siendo de considerable relevancia y triplican en ganancias al de cualquier otro estudio: los ingresos del cuarto trimestre del estudio alcanzaron la suma de 14.700 millones en comparación con los 14.200 mil millones esperados. Pero lo excepcional del aumento inesperado no es que haya ocurrido cuando la mayoría de las productores y sus competidores más directos se afanan por mantener las cifras en positivo. Lo que sí resulta digno de análisis es que el aporte financiero provino del formidable éxito del canal por suscripción de streaming a Disney Plus; convertido en la actualidad en el activo más valioso de la compañía y que continúa creciendo a pasos agigantados.

Un efecto que la pandemia reforzó y que, sin duda, no ha hecho más que aumentar desde que el estudio comenzó a prestar verdadera atención a las ganancias que podía reportarle el streaming.

Alzando velas en medio de la tormenta

Hace seis semanas, Disney anunció una importante reorganización interna destinada a priorizar el servicio streaming dentro del resto de sus divisiones.

Las decisiones de orden interno incluyeron cambiar la fecha de su próximo gran lanzamiento de Pixar, Soul de Pete Docter a un título exclusivo de Disney Plus

El movimiento despertó críticas y supuso un enfoque por completo distinto en la forma en cómo hasta ahora se analizaba la relación del canal online con los estrenos de alta envergadura. En especial después de la aparente decepción que rodeó el estreno de Mulán de Niki Caro, cuyas ganancias netas seguían sin estar de todos claras y a la que había rodeado una moderada polémica debido a la decisión de cobrar una cuota extra a los suscriptores para disfrutar del estreno exclusivo.

De modo que la posibilidad de que otro título de envergadura llegara a la plataforma era poco menos un riesgo que nadie sabía muy bien si la compañía estaba dispuesta a tomar. El estreno de la gran película Pixar del año en Disney Plus — esta vez sin un costo extra — no solo sorprendió, sino que hizo que varios analistas especializados comenzaran a preguntarse qué tan rentable era para Disney su versión online.

Aún sin cifras sobre Mulán, los anuncios continuaron: hace unos días se informó que el 10 de diciembre se incluirá más información sobre Star, el lanzamiento del nuevo servicio internacional de transmisión de Disney.

Disney está priorizando públicamente su división directa al consumidor bajo el director ejecutivo Bob Chapek, y los principales accionistas como Dan Loeb han pedido de manera muy pública a la compañía que participe aún más en el negocio de transmisión streaming. Como escribió en una nota el analista de Guggenheim Michael Morris, Disney está haciendo de “la transmisión su mecanismo principal de monetización”, lo cual confirma la sospecha de medios y especialistas que las ganancia netas de Disney Plus son mucho más altas de lo que hasta ahora había supuesto el canal, antes o después.

Dinero virtual a manos llenas

Por supuesto, la respuesta a los movimientos sobre Disney en el mercado online comenzaron a comprenderse de manera más clara, una vez que Chapek hizo esta semana algunos comentarios sobre los “muy positivos resultados” sobre la experiencia con Mulán — lo cual desmiente por completo los rumores en contrario — y que indican que el estreno no solo fue ventajoso, sino que también significó un triunfo de estrategia para la compañía.

De hecho, Disney Plus ha experimentado un crecimiento sin precedentes, pasando de 10 millones de suscriptores en sus primeras 24 horas a más de 73,7 millones ahora. Ha superado a casi todos sus competidores, salvo Netflix y Amazon Prime Video, el último de los cuales tiene la ventaja de estar vinculado a la división minorista de Amazon, y que por tanto su número de suscriptores tiene una relación directa con el apartado de venta.

El primer año de Disney Plus fue un éxito increíble. El paquete de transmisión de la compañía también ha impulsado el crecimiento en sus otras plataformas, lo que incluye revitalizar a Hulu al aumentar en 36,6 millones sus suscriptores y posicionar a ESPN Plus hasta 10,3 millones.

Sin embargo, la pregunta más importante es ¿cómo mantiene Disney este impulso? ¿Cómo evita que cancelen sus suscripciones en favor de otros competidores como Netflix y HBO Max o plataformas de video gratuitas como TikTok y YouTube? En este momento, la cantidad de personas que cancelan sus suscripciones a Disney Plus está justo por debajo del promedio de la industria, según los datos de Antenna Analytics, pero Disney tiene que encontrar formas de garantizar que su crecimiento continúe.

Claro está, una de las formas de garantizar el triunfo de la plataforma es la estrategia de estrenos de sus grandes títulos en en la plataforma. Y aunque Artemis Fowl fue un fracaso de crítica y audiencia — se le considera ya la peor película del año —, Hamilton fue un resonante triunfo que además convirtió al musical en el contenido con más reproducciones del canal.

Por si eso no fuera suficiente, la llegada de The Mandalorian — convertida en un éxito resonante — hace de la ausencia de estrenos un anuncio de lo que vendrá. Con WandaVision ya con fecha de estreno para enero del 2021 y el anuncio del final de la producción de Falcon and The Winter Soldier, todo parece indicar que la compañía comenzará el año con una serie de contenido fresco para su público más directo.

Disney Plus: una revolución en puertas

Aun así, la mayor preocupación de Disney es el público que no está interesado en producciones del Universo Cinematográfico de Marvel, ni tampoco en la franquicia Star Wars. De hecho, según informes internos, el mayor aumento de suscriptores de Disney Plus no provino de The Mandalorian o Mulán, sino de Hamilton.

Según la compañía de análisis de datos Antenna Analytic, informó hace poco que Chapek les dijo a todos los empleados de Disney que la audiencia de Hamilton era importante porque representaba a un grupo de suscriptores que eran diferentes de los clientes habituales de la compañía.

Disney necesita encontrar mucho más material sin identificación con grandes mitologías modernas o sagas, que puedan captar clientes no naturales de la compañía. Al parecer, Soul, considerada por los críticos la mejor película Pixar y que sin duda se dirige a un público más adulto, es el siguiente gran intento de la compañía para esa percepción sobre un nuevo universo de suscriptores.

Varios de los departamentos de Disney tienen un largo camino por delante. Es poco probable que Disney Land abra sus puertas en el corto plazo, y más parques en todo el mundo pueden enfrentar cierres (como lo ocurrido en París) a medida que aumentan los casos. El negocio de Disney depende de que las salas de cine vuelvan a una apariencia de normalidad, que a su vez dependen de que las personas se sientan cómodas nuevamente con el hecho de asistir al cine, algo que no parece sucederá a futuro.

El futuro de Disney depende de su capacidad de adaptación y la forma en que el streaming pueda ayudar a la supervivencia de la marca. Y por ahora, parece la opción más rentable para batallar contra los imprevisibles efectos de la pandemia.