Mientras el Medio Oriente se sumerge en el caos, el mercado del petróleo se muestra notablemente sereno. A pesar de la creciente tensión regional, los precios del crudo han subido solo moderadamente, dejando a los expertos perplejos.
Esta reacción contenida refleja una mentalidad de “falsa alarma” entre los inversores, quienes han sido escaldados por crisis geopolíticas anteriores que se desvanecieron rápidamente. Ahora, el mercado parece esperar pruebas concretas de disrupciones en el suministro antes de reaccionar con fuerza.
Sin embargo, los analistas advierten que el riesgo de una escalada devastadora en los precios del petróleo sigue siendo real. Un conflicto regional podría sacudir no solo la economía mundial, sino también las próximas elecciones presidenciales estadounidenses.
“Esto va a empeorar antes de mejorar. La historia del niño que gritó ‘lobo’ no acabó bien”, afirma Bob McNally, presidente de la consultora Rapidan Energy Group.
La relativa calma del mercado se debe en parte a la revolución del esquisto, que ha convertido a Estados Unidos en una superpotencia energética. Antes, este tipo de tensión habría disparado los precios por encima de los $100 por barril. Ahora, los precios se mantienen cerca de los $70, mucho más cerca de sus mínimos recientes que de sus máximos.
Aun así, los expertos advierten que un ataque israelí a las instalaciones energéticas iraníes o una interrupción del estrecho de Ormuz podrían desencadenar un repunte brusco y significativo de los precios, con consecuencias devastadoras para la economía mundial.
“Hay pocas métricas con más probabilidades de influir en la percepción del bienestar económico de los votantes que el precio de la gasolina”, señala Kevin Book, director gerente de ClearView Energy Partners.
¿Podrá el mercado petrolero mantener la calma ante la creciente tensión en Oriente Medio? Sigue a N24 para estar al tanto de los últimos desarrollos.