Además, los Chouinard donaron el otro 98 por ciento de Patagonia, sus acciones ordinarias, a Holdfast Collective, una organización sin fines de lucro recientemente establecida que recibirá todas las ganancias de la compañía y utilizará los fondos para combatir el cambio climático. Como Holdfast Collective es una organización 501(c)(4), lo que le permite hacer contribuciones políticas ilimitadas, la familia no recibió ningún beneficio fiscal por su donación.
“Había un costo significativo para ellos al hacerlo, pero era un costo que estaban dispuestos a asumir para garantizar que esta empresa se mantuviera fiel a sus principios”, dijo Dan Mosley, socio de BDT & Co., un banco comercial que trabaja con personas muy ricas, como Warren Buffett, y que ayudó a diseñar la nueva estructura de Patagonia. “Y no obtuvieron una deducción caritativa por eso. Aquí no hay ningún beneficio fiscal”.
Barre Seid, un donante republicano, es el único otro ejemplo reciente de un rico empresario que donó su empresa a causas filantrópicas y políticas. Pero Seid adoptó un enfoque diferente al dar el 100 por ciento de su compañía de productos electrónicos a una organización sin fines de lucro, cosechando una enorme ganancia fiscal personal al hacer una donación de 1600 millones de dólares para financiar causas conservadoras, incluidos los esfuerzos para detener la acción sobre el cambio climático.
Al regalar la mayor parte de sus bienes durante su vida, los Chouinard —Yvon, su esposa, Malinda, y sus dos hijos, Fletcher y Claire, ambos de 40 años— se han establecido como una de las familias más caritativas del país.
“Esta familia es un caso atípico si se considera que la mayoría de los multimillonarios solo donan una pequeña fracción de su patrimonio neto cada año”, dijo David Callahan, fundador del sitio web Inside Philanthropy.