La Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ubicada en Avenida Paseo de la Reforma. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM Andrea Murcia / Cuartoscuro
Menos de una década después de colocarse en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el Banco Santander se prepara para sacar a su filial mexicana de la Bolsa. De acuerdo con una notificación enviada el lunes por Santander México a la BMV, el banco convocó a sus accionistas en el país a una asamblea en la que hará una oferta para comprar sus acciones el 9 de junio lo que estima le costará 550 millones de euros. Esto, dicen analistas, es una señal de que empresas multinacionales ven más riesgos en los mercados bursátiles mexicanos que oportunidades.
La recompra de sus acciones en México empezó en 2019, cuando la presidenta del banco Ana Botín anunció que la empresa invertiría 2.560 millones de euros para retomar el 25% de la filial en México que en ese momento estaba en manos de inversores minoritarios. “Esta operación cumple con nuestros criterios estratégicos y financieros, tiene un retorno atractivo sobre el capital invertido y permite incrementar a futuro el beneficio neto del grupo y la generación orgánica de capital”, dijo en un comunicado ese año. Actualmente, resta el 8,3% de las acciones por comprar. Santander México ingresó a la Bolsa a través de una oferta inicial en 2012 en una colocación que alcanzó los 4.215 millones de dólares.
“Habla de una multinacional que está viendo riesgos sobre México, habla mucho de las perspectivas de las empresas globales sobre nuestro país”, dice Luis Alvarado, analista del mercado bursátil en Banco Base. La salida de la Bolsa es derivada de la recompra de acciones, ya que sin haber acciones disponibles en el mercado para compra y venta por parte de inversores privados, el banco deja de ser una empresa emisora de la BMV. Empresas de diferentes sectores recurren en ocasiones a comprar de vuelta sus acciones cuando perciben que el precio cotiza por debajo de su valor, explica Alvarado.
“Puede ser una combinación de varios factores: que vean que los precios están muy por debajo y que quieran reducir exposición en el mercado mexicano”, agrega el especialista. Las críticas por parte del Gobierno federal hacia las empresas privadas así como las políticas que buscan preservar el monopolio de las empresas del Estado y la fallida iniciativa para reformar la Ley del banco central son factores que han ahuyentado la inversión extranjera, asegura Alvarado. La salida de Santander de la BMV “pudiera servir como una advertencia o simplemente para medir cómo está la perspectiva del resto del mundo, sobre todo de economías avanzadas como la española, sobre México”, puntualiza.
El 29 de abril, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo en conferencia de prensa que sostuvo una conversación con Botín, quien aseguró que “tienen ellos pensado seguir invirtiendo en México y tienen también el propósito de seguir otorgando créditos a pequeñas y medianas empresas”. López Obrador calificó de “productiva” la plática. Santander aseguró en su comunicado que México es uno de los principales del grupo el cual “ofrece buenas perspectivas a largo plazo”. La pandemia hizo estragos en el negocio de la filial del país, al ver las utilidades durante el primer trimestre de este año caer 39% en comparación con el trimestre anterior y 40% en comparación con el mismo trimestre el año pasado. Botín anunció a finales del mes pasado una inversión de 500 millones de dólares en México.
“Santander confía en México, en el potencial del país y de los mexicanos”, dijo la ejecutiva el mes pasado. “Hemos hecho una apuesta de nuevo de inversión por la oferta que hemos hecho a los accionistas minoritarios, estimamos una inversión adicional en el país de los 500 millones de dólares y vamos a seguir con los planes que anunciamos el año pasado de infraestructura, de proyectos nuevos, que evidentemente se han quedado un poco retrasados por el tema de la pandemia”, agregó.
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