El envejecimiento o senescencia es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los noxas agentes lesivos que inciden en el individuo. El envejecimiento de los organismos y particularmente el nuestro como especie humana, ha sido motivo de preocupación desde hace años.
Aunque los caracteres externos del envejecimiento varían dependiendo de los genes, y de una persona a otra, se pueden citar algunas características generales del envejecimiento humano:
- Alteración del sueño.
- Pérdida de la agilidad y capacidad de reacción refleja.
- Degeneración de estructuras osteoarticulares.
- Aparición de trastornos cognitivos.
- Pérdida de la capacidad de asociación de ideas.
- Distensión creciente de los tejidos de sostén muscular por efecto de la gravedad terrestre (caída de los senos en la mujer, pérdida de la tonicidad muscular).
- Pérdida progresiva de la fuerza muscular y de la vitalidad.
- Aumento de la presión arterial.
- Aumento, en los varones, de volumen de la próstata, con riesgo de cáncer.
- Disminución de las respuestas inmunitarias.
- Disminución del colágeno de la piel, aparición de arrugas y flacidez.
- Pérdida progresiva de los sentidos del gusto, la audición y la visión.
- Pérdida progresiva de la libido, andropausia en el hombre, menopausia en la mujer.
En un estudio compartido en The Harvard gazzete, se mencionan tres factores desencadenantes del estrés fisiológico grave: Embarazo, COVID y cirugía, este estudio fue financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, el Programa de Capacitación en Ingeniería y Diseño de Órganos BWH y el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería.
Factores que aceleran el envejecimiento
Para el estudio, Jesse Poganik (autor principal del artículo) y sus colegas, recopilaron datos de varias situaciones que probablemente causen estrés fisiológico severo. En un experimento, examinaron muestras de sangre de pacientes de edad avanzada que se sometieron a una cirugía de emergencia, observando muestras recolectadas inmediatamente antes de la cirugía, unos días después de la cirugía y antes del alta del hospital. El equipo también analizó muestras de sangre de ratones embarazadas y mujeres en gestación, analizando muestras de las fases temprana y tardía del embarazo y después del parto. Y en un tercer análisis, el equipo examinó muestras de pacientes que dieron positivo por COVID-19 y fueron admitidos en la unidad de cuidados intensivos. Analizaron muestras tomadas cuando el paciente ingresó en la UCI y muestras recolectadas durante su estadía. También se uso como modelo un ratón.
El equipo utilizó “relojes biológicos” para determinar la salud de las células y los tejidos. Los relojes biológicos miden los niveles de metilación del ADN, cambios moleculares que pueden indicar un aumento en el riesgo de morbilidad y mortalidad. Estos relojes se utilizan ampliamente en el campo de la investigación del envejecimiento.
Hallazgos en el estudio
En todos los análisis, los investigadores vieron indicios de que la edad biológica aumentaba en situaciones de estrés fisiológico severo, pero se restablecía cuando se resolvía la situación estresante. En el análisis de los pacientes que se sometieron a una cirugía mayor, el equipo encontró que los signos de la edad biológica aumentaron entre los pacientes que se sometieron a una cirugía de emergencia para reparar una fractura de cadera, pero volvieron a la línea de base de cuatro a siete días después de la cirugía. Este patrón no se observó entre los pacientes que recibieron otras cirugías no traumáticas.
En los estudios del efecto del embarazo sobre la edad biológica, los investigadores observaron un patrón constante en humanos y ratones: la edad biológica aumentaba durante el embarazo, hasta el momento del parto. Este cambio alcanzó su punto máximo alrededor del momento del parto y se resolvió después del parto.
Entre los pacientes hospitalizados con COVID-19, el equipo observó un aumento en la edad biológica que se revirtió parcialmente en el momento del alta de la UCI para las pacientes femeninas. Pero el equipo no observó un cambio significativo entre los pacientes masculinos.
Recuperación de la edad biológica
Los autores señalan que los relojes que están utilizando son biomarcadores, signos que pueden reflejar la edad biológica o que podrían estar impulsados por otros factores que aún no se han identificado. También señalan que no todos los sujetos recuperan su edad biológica al mismo ritmo o en la misma medida; comprender cómo y por qué aumenta la edad biológica y cómo mejorar la recuperación serán áreas importantes de enfoque para futuros estudios. Pero el trabajo apunta a una nueva comprensión de la naturaleza del envejecimiento biológico, con implicaciones para el estudio de las intervenciones antienvejecimiento.
Estos hallazgos sugieren que los factores encontrados desafían el concepto de que la edad biológica solo puede aumentar durante la vida de una persona y sugieren que es posible identificar intervenciones que podrían retrasar o incluso revertir parcialmente la dicha edad, esto significa que encontrar formas de ayudar al cuerpo a recuperarse, podría aumentar la longevidad.
“Tradicionalmente, se ha pensado que la edad biológica simplemente sube y sube, pero planteamos la hipótesis de que en realidad es mucho más dinámica”, dijo Jesse Poganik, de la División de Genética de Brigham.