Llevamos décadas debatiendo cuál es el número de pasos diarios óptimos para tener una vida saludable. Algunos estudios sugerían 7.000 pasos, otros 8.000. El estudio más reciente ha llegado a la conclusión de que 10.000 es la cifra más adecuada para la salud. Sin embargo, estudios recientes hacen hincapié en que la forma en que nos movemos puede ser de igual o mayor importancia. Aquellos que caminan más rápido tienen un menor riesgo de muerte prematura. Hay que apretar el paso.
El estudio. Investigadores de la Universidad de Sydney y la Universidad del Sur de Dinamarca recopilaron datos para el estudio más grande jamás realizado sobre el recuento de pasos en relación con la salud y concluyeron que 10.000 pasos al día es el “punto óptimo” para reducir el riesgo de demencia en aproximadamente un 50%, y de enfermedades cardiovasculares o cáncer entre un 30 y un 40%.
También descubrieron que un ritmo rápido puede tener beneficios de salud similares al 20% de los participantes que lograron 10.000 al día. Es decir, menos papeletas de tener demencia, enfermedades cardíacas o cáncer.
Más rápido, más salud. “A veces, alcanzar los 10.000 pasos puede ser complicado. Si puedes caminar a un ritmo más rápido durante breves momentos a lo largo del día, puedes obtener los mismos beneficios”, explicaba el Matthew Ahmadi, coautor del estudio.
Hace cuatro años, otro estudio concluía que aquellos que caminaban más rápido tienen un menor riesgo de muerte prematura. Descubrieron que reducía el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares o derrames cerebrales. En comparación con los caminantes lentos, los que apretaban el paso tenían un 24% menos de riesgo de muerte prematura por cualquier causa y un 21% menos de riesgo de muerte por causas cardiovasculares.
¿Por qué? Caminar a un ritmo más rápido aumenta el ritmo cardíaco de las personas. “Cuanto más fluye la sangre a través de las arterias, más activan los procesos de autorrenovación en las arterias”, explicaba el profesor Tony Blazevich, experto en biomecánica de la Universidad Edith Cowan. Y señalaba: “El flujo sanguíneo adicional puede ser bueno para todas las partes de nuestro cuerpo: nuestro cerebro, nuestros músculos, todo”.
¿Y qué tiene que ver el cáncer con caminar rápido? Existe una teoría de que los cánceres están fuertemente relacionados con la inflamación en nuestros cuerpos y sabemos que el ejercicio es una de las mejores formas de minimizar la inflamación. Por otro lado, el ejercicio de mayor intensidad provoca una producción mucho más potente de ‘medicina interna’ dentro del cuerpo a través de respuestas hormonales e inmunitarias.
En esta calculadora de ritmo puedes ver cuánto tiempo te llevará caminar varias distancias y medir tu velocidad:
Pero ojo. Hay que tener en cuenta que no hay estándares establecidos para lo que significa caminar “lento” o “rápido” en términos de velocidad. En los estudios, los participantes informaron sobre su ritmo percibido sobre el habitual. Es decir, que lo que una persona de 70 años, sedentaria y en mal estado físico percibe como un ritmo de marcha “rápido” será muy diferente al de una persona de 40 años y deportista.
Es por eso que la investigación sugiere que los resultados tienen que ver más con la intensidad relativa (a la capacidad física de la persona). Es decir, cuanto mayor sea el esfuerzo físico al caminar, mejor para la salud.
En esta calculadora de ritmo creada por Verywell puedes ver cuánto tiempo te llevará caminar varias distancias y medir tu velocidad:
Imagen: Pexels