Daniel Garza García, un biotecnólogo mexicano de la Universidad Autónoma de Nuevo León, trabaja en el cultivo de “súper tomates” para crear una vacuna comestible contra la COVID-19.
Así como lo lees, ¿te imaginas protegerte del SARS-CoV-2 tan sólo ingiriendo una vacuna comestible?
El proyecto del biotecnólogo, consiste en la estrategia de aplicar la vacunología inversa con la finalidad de modificar genéticamente a los tomates para así, crear la vacuna comestible contra la COVID-19.
Daniel Garza, egresado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL, explicó que el proceso de producir y fabricar las vacunas convencionales representa un costo mayor para los países en vías de desarrollo.
Por ello, el biotecnólogo decidió elaborar una vacuna comestible para poder reducir los costos de producción a través de tomates genéticamente modificados.
¿Cómo lo logró?
La investigación del especialista consiste en identificar los epítopos como candidatos vacunales, a través del uso de herramientas bioinformáticas en las secuencias proteómicas y genómicas del virus.
Esta vacuna comestible, explica el experto, reduce el riesgo de reversión de la patogenicidad, además de que puede utilizarse en pacientes inmunodeprimidos.
Nuestra vacuna cumple con todas las características; como estabilidad, accesibilidad, antigenicidad y flexibilidad, evidenciando eficacia protectora y seguridad como vacuna contra la infección por SARS-CoV-2 en humanos”.
Hay que replantearnos la legislación de los OMG
Para Daniel Garza, dada la pandemia actual que vivimos, hará que no sólo México, sino también América Latina replanteen su legislación sobre los organismos modificados genéticamente (OMG).
En nuestro país han existido cultivos genéticamente modificados desde 1998, por lo que desde esa fecha agricultores orgánicos, ambientalistas y académicos debaten sobre las regulaciones en México sobre los OMG.
Para García, “lo que acontece nos permite repensar si realmente somos capaces de poder hacerle frente a una pandemia sin hacer uso del potencial que nos ofrecen los OMG para el desarrollo de vacunas comestibles, especialmente para países en vías de desarrollo”.
El estudio del biotecnólogo mexicano fue publicado en el sitio web Alianza para la Ciencia, administrado por la Universidad de Cornell y aquí puedes estudiar a detalle de qué va la investigación de Daniel Garza.