Fatiga y dolor de cabeza, entre los efectos a largo plazo más comunes del COVID, según un estudio. (Shutterstock)
El COVID-19 puede acarrear secuelas y otras complicaciones médicas que duran semanas o meses después de la recuperación inicial. Pero, ¿cuáles son?
Un grupo de científicos se dio a la tarea de revisar cuáles son los efectos a largo plazo de esta enfermedad. Para ello realizaron un metanálisis (análisis de varios estudios, en esta caso, 15), cuyo resultados publicaron en la revista científica Nature.
Los estudios incluidos en su análisis definieron el COVID prolongado en un rango de 14 a 110 días después de la infección viral.
“Se estimó que el 80 por ciento de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 desarrollaron uno o más síntomas a largo plazo. Los cinco síntomas más comunes fueron fatiga (58 por ciento), dolor de cabeza (44 por ciento), trastorno de atención (27 por ciento), caída del cabello (25 por ciento) y disnea (24 por ciento)”, señalan los científicos en su artículo.
Estos son los 49 efectos a largo plazo que encontraron:
Fatiga Dolor de cabeza Desorden de atención Pérdida de cabello Disnea (dificultad para respirar o falta de aire) Ageusia (pérdida del sentido del gusto) Anosmia (pérdida del sentido del olfato) Polipnea (aumento de la frecuencia y la profundidad respiratorias) Dolor en las articulaciones Tos Sudoración Nausea o vómito Dolor de pecho, incomodidad Pérdida de memoria Pérdida de audición o tinnitus (silbido o zumbido en uno o ambos oídos) Ansiedad Depresión Desórdenes digestivos Pérdida de peso Signos cutáneos Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo Palpitaciones Dolor Fiebre intermitente Desórdenes de sueño Capacidad pulmonar reducida Apnea del sueño (la respiración se detiene y recomienza repetidas veces al dormir) Escalofríos Afectación en la salud mental Enfermedades psiquiátricas Ojos rojos Fibrosis pulmonar Palidez Diabetes melitus Flemas Hinchazón en las extremidades Mareo Apoplejía Dolor de garganta Cambios de humor Disforia (sentimiento de incomodidad, infelicidad o sentirse enfermo) Trastorno obsesivo-compulsivo Hipertensión nueva Miocarditis (inflamación del miocardio, del corazón) Insuficiencia renal Trastorno por estrés postraumático Arritmia (latidos irregulares del corazón) Paranoia






