El pasado mes de marzo, una mujer de 90 años murió en Bélgica poco después de recibir un diagnóstico de COVID-19. A pesar de no padecer problemas de salud destacables, tenía una edad bastante avanzada y además no había sido vacunada aún. Todo esto haría que se trate de un caso triste, pero normal. Lo curioso llegó cuando descubrieron que padecía la variante del coronavirus británica y la sudafricana simultáneamente.
No es posible saber cuántas personas en el mundo han sufrido una coinfección por dos variantes. Lo que sí se sabe es que ella fue una de las primeras personas en detectarse. Su caso se ha expuesto recientemente en una conferencia del Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID), donde los médicos que la trataron, del Hospital OLV, de Aalst, han hecho hincapié en la importancia de detectar este tipo de casos.
No es posible saber si la coinfección fue la razón por la que empeoró y murió rápidamente. Sin embargo, está claro que los casos como el suyo son complejos y deberían recibir un seguimiento médico exhaustivo.
La variante del coronavirus de Reino Unido sumada a la de Sudáfrica
En realidad, la paciente, que vivía sola, no ingresó por la COVID-19, sino por una serie de caídas.
La paciente debió contagiarse de dos personas diferentes
No obstante, cuando llegó al hospital la PCR de rigor delató que estaba infectada. En ese momento no mostraba problemas respiratorios aparentes. A lo largo de este año y medio de pandemia hemos visto que puede que esos problemas existan, aunque no se exterioricen. Pero este no era el caso, pues la saturación de oxígeno era buena. Lamentablemente, la situación duró poco, pues empeoró rápidamente y murió en solo cinco días.
Ante el empeoramiento, se decidió repetir la PCR y sumar una secuenciación para detectar variantes de preocupación. Es así como se conoce a cualquier variante del coronavirus, cuyos cambios tienen una importancia clínica por afectar a la transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad, la efectividad de la vacuna o la sensibilidad de las pruebas diagnósticas.
De este modo, se comprobó que en las células de la mujer coexistían la variante del coronavirus sudafricana y la británica. Según explican en un comunicado de prensa los médicos que la atendieron, eso indicaría que se contagió a la vez de dos personas diferentes, aunque nunca lograron saber quiénes fueron.
Otras coinfecciones
Las coinfecciones, con este y otros patógenos, son algo bien conocido. De hecho, en 2011 se publicó un estudio en el que se analizaba si la coincidencia en las células de dos microbios podría convertir a los pacientes en supercontagiadores.
Se ha comprobado que en otras enfermedades la coinfección con dos patógenos puede estar detrás de personas supercontagiadoras
Y, al parecer, en algunos casos sí podría ser. Por ejemplo, se comprobó que los pacientes infectados con la bacteria Staphylococcus aureus contagiaban esta mucho más si también estaban infectados con el rhinovirus, más conocido como virus del resfriado.
¿Podría ocurrir lo mismo con alguien infectado con más de una variante del coronavirus a la vez? De momento no se sabe. Como tampoco se sabe si esta pudo ser la causa por la que la paciente belga empeoró tan deprisa.
Pero está claro que son casos preocupantes, a los que hay que prestar atención. Por eso, estos médicos proponen que la búsqueda de variantes de preocupación no sea algo aislado a casos muy concretos. Explican que estas pruebas deberían estar más extendidas, incluso hacerse cribados para intentar detectar más coinfecciones. Podría ser que algunas nos hayan pasado desapercibidas, como al principio de la pandemia pasaba con el propio coronavirus.
A día de hoy sabemos mucho de esta enfermedad y hemos avanzado mucho en el camino para despedirnos de ella, pero aún falta bastante recorrido. Mientras tanto, mantenerse ojo avizor ante este tipo de situaciones es algo realmente importante.