Un giro histórico con sabor a polémica
El Congreso de El Salvador acaba de escribir un capítulo controvertido en su historia constitucional. Este jueves se ratificaron reformas que, entre otros cambios, permitirán la reelección presidencial indefinida y extenderán el período de gobierno de cinco a seis años.
Bukele: ¿Hacia un poder sin límites?
Con 44 años y en su segundo mandato, Nayib Bukele podría convertirse en presidente vitalicio gracias a estas reformas. El máximo tribunal del país, compuesto por jueces afines al mandatario, ya había sentado precedente en 2021 al declarar la reelección como “derecho humano”.
La oposición no ha guardado silencio. Marcela Villatoro, diputada de ARENA, declaró con dramatismo: “Hoy ha muerto la democracia en El Salvador”, calificando el proceso como “burdo y cínico”.
Voces críticas: ¿Dictadura a la vista?
Las comparaciones con regímenes autoritarios no se hicieron esperar. Juanita Goebertus de HRW advirtió que El Salvador sigue “el mismo camino que Venezuela”, mientras la opositora Claudia Ortiz denunció un “abuso de poder”.
Desde el oficialismo, la vicepresidenta del Congreso Suecy Callejas defendió las reformas como un triunfo popular: “El poder ha regresado al pueblo salvadoreño”.
Entre balas y votos: El dilema de Bukele
El presidente salvadoreño mantiene una popularidad del 82.8% gracias a su guerra contra las pandillas, que redujo homicidios pero generó 75,000 detenciones arbitrarias según organismos internacionales. Amnistía Internacional alerta sobre el “reemplazo de la violencia pandilleril por violencia estatal”.
Mientras el país debate entre seguridad y libertades, estas reformas constitucionales podrían redefinir el futuro político de Centroamérica. ¿Estamos ante el ocaso de la democracia salvadoreña o simplemente ante una nueva forma de gobernanza?
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