Según datos preliminares de la Comisión Electoral Central de Bielorrusia, el presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994, obtuvo un sorprendente 86,82% de los votos en las recientes elecciones. Su “convincente victoria”, como la calificó el presidente ruso Vladimir Putin, ha generado preocupación entre los observadores internacionales, quienes denuncian la falta de oposición real y la represión de las protestas de 2020.
Bielorrusia, un importante aliado de Rusia, ha sido testigo de una creciente concentración de poder en manos de Lukashenko. Los medios de comunicación independientes están prohibidos y las figuras destacadas de la oposición han sido encarceladas o se han visto obligadas a huir al extranjero.
“Estas elecciones fueron una farsa”, afirman los disidentes exiliados, quienes cuestionan la legitimidad del proceso electoral. Sin embargo, Putin ha felicitado a su homólogo bielorruso, destacando los avances en el fortalecimiento de los lazos entre Moscú y Minsk.
¿Estamos ante una verdadera democracia o una dictadura disfrazada? Descubre los detalles de esta compleja situación política en Bielorrusia, un país clave en la geopolítica de la región.
