En una conmovedora manifestación frente al Parlamento georgiano, la presidenta Salome Zurabishvili denunció que las recientes elecciones parlamentarias fueron víctimas de un “robo masivo de votos” por parte del gobernante partido prorruso Sueño Georgiano.
“No perdimos las elecciones, nos robaron los votos, nos robaron el futuro”, declaró Zurabishvili entre los gritos de apoyo de los manifestantes. Según la mandataria, el fraude se llevó a cabo mediante el voto electrónico, la compra de votos y presiones sobre funcionarios públicos.
La oposición, que obtuvo el 37,78% de los sufragios, se unió a las protestas contra lo que consideran un gobierno autoritario y prorruso. La Unión Europea, que congeló las negociaciones de ingreso con Georgia, exhortó a las autoridades a investigar las “irregularidades” detectadas.
En un intento de calmar las aguas, el primer ministro georgiano, Irakli Kobajidze, reafirmó que la “integración europea” sigue siendo la “principal prioridad” de Tiflis. Sin embargo, la presidenta Zurabishvili aseguró que ningún país ha reconocido los resultados electorales y que se requerirá “probablemente ayuda internacional” para esclarecer el presunto fraude.
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