Hace una década, la llegada de Uber a Guadalajara nos deslumbró con la promesa de la “economía colaborativa” y las startups disruptivas. Pero, ¿qué hay detrás de este mito del neocapitalismo digital?
Hoy, tras la expansión de Uber hacia plataformas como Uber Eats y Didi Food, sabemos que la “economía colaborativa” es en realidad un esquema de precarización laboral. Estas empresas transnacionales han negado la seguridad social a 658 mil choferes y repartidores en México, clasificándolos como “socios” en lugar de empleados.
Sin embargo, el gobierno federal ha presentado una iniciativa para regular este mercado laboral. La reforma impulsada por Sheinbaum busca mantener la flexibilidad de los trabajadores, pero también establece reglas claras de gestión algorítmica. Los empleados de estas plataformas se quejan de penalizaciones y políticas de desconexión incomprensibles que las compañías atribuyen al “algoritmo”.
Aunque la Alianza In México ha criticado la reforma por apresurada, argumentando un aumento de costos y pérdida de empleo, es hora de abolir uno de los mitos del neocapitalismo digital: estos trabajadores son empleados, no “socios”.
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