Un año después del devastador ataque a una escuela refugio en Deir al-Balah, Gaza, las madres de ambos lados de la frontera siguen luchando con el trauma y la pérdida.
El jueves pasado, un ataque aéreo israelí mató al menos a 28 personas e hirió a decenas más que se refugiaban en la escuela Rafidah. Las imágenes desgarradoras muestran a niños ensangrentados siendo llevados a ambulancias, y a una niña temblando y cubierta de quemaduras graves.
“¿Voy a morir?”, preguntó la niña a los trabajadores médicos, con una inocencia que rompe el corazón. “¿Qué pasó?”.
Ayman Abou Khousa, un palestino desplazado que se refugiaba en la escuela, describió el ataque como una sorpresa aterradora. “Estamos muriendo todos los días”, dijo. “El mundo nos ha vendido… todos los días ustedes (periodistas) vienen aquí y nos filman”.
Este último ataque es solo uno más en una larga lista de tragedias que han afectado a las familias de Gaza y de Israel. Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 42.000 personas han muerto en el territorio sitiado desde que comenzó la guerra hace un año.
Mientras tanto, las madres de ambos lados de la frontera continúan luchando por encontrar la fuerza para seguir adelante, a pesar del dolor y la desesperación que les han arrebatado a sus seres queridos. Sus historias son un recordatorio de la devastación humana que se esconde detrás de los titulares.
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