En un discurso conmovedor, el Papa Francisco reconoció la vergüenza y el dolor que han causado los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia Católica. Durante su visita a Bélgica, el líder religioso afirmó que su institución “debe avergonzarse y pedir perdón” por estos actos horrendos, y que se deben tomar “pasos concretos” para resolver esta crisis.
“Pienso en los dramáticos casos de abusos a menores, un flagelo que la Iglesia está afrontando con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas e implementando un amplio programa de prevención en todo el mundo”, expresó el Pontífice. “Esta es la vergüenza que todos tenemos que asumir ahora, pedir perdón por ella, y resolver el problema”.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, respaldó las palabras del Papa, exigiendo que la Iglesia no solo reconozca las “atrocidades” cometidas, sino que también “dé pasos concretos” y “escuche a las víctimas”. El rey Felipe de Bélgica, por su parte, elogió que Francisco haya condenado “la indescriptible tragedia de los abusos sexuales” y haya “tomado medidas concretas”, pero lamentó que “se ha tardado demasiado en escuchar y reconocer sus gritos”.
En un país de larga tradición católica como Bélgica, los cientos de abusos sexuales ocurridos durante décadas han causado una enorme conmoción y llevado a una disminución en el número de fieles. Ahora, la Iglesia enfrenta el desafío de reconstruir la confianza y sanar las heridas de las víctimas.
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