En un país donde el presente es lo que importa, el auge de las tarjetas de crédito en México es un reflejo de las necesidades de liquidez de los consumidores. Hasta julio de 2024, circulan 35,5 millones de plásticos en el país, un incremento de 2,5 millones en comparación con el año anterior.
Los bancos otorgan, en promedio, 6.616 tarjetas de crédito al día, aprovechando la prioridad de los mexicanos por el consumo básico. Aunque el monto utilizado ha desacelerado, los créditos al consumo, que incluyen tarjetas, nómina y personales, representan el 24,3% de la cartera de la banca privada, con un aumento del 18,7% respecto a 2023.
Este auge en el endeudamiento es un negocio redondo para los bancos, que obtuvieron 245.977 millones de pesos por concepto de tarjetas de crédito hasta julio, un incremento del 9,1% en comparación con el año anterior. Y con solo un 3% de morosos, los bancos se frotan las manos.
Mientras la Reserva Federal de Estados Unidos reduce las tasas de interés, el Banco de México enfrenta una mayor inflación, lo que pone en duda que siga el mismo camino. Aun así, el incremento en el salario mínimo, los subsidios gubernamentales y las remesas en niveles máximos mantienen el entusiasmo de los bancos por seguir otorgando créditos al consumo.
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