En un giro inesperado, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, sembró dudas sobre su participación en el próximo debate con la demócrata Kamala Harris. En su plataforma Truth Social, Trump acusó a la cadena ABC de parcialidad y cuestionó si debería enfrentarse a la vicepresidenta en ese escenario.
Según el equipo de campaña de Harris, las discrepancias con los asesores de Trump se deben a la gestión de los micrófonos. “Creemos que los micrófonos de ambos candidatos deberían estar abiertos durante todo el debate. Estimamos que los asesores de Trump prefieren el micrófono silenciado porque no creen que su candidato pueda actuar (de forma) presidencial durante 90 minutos”, declaró Brian Fallon, uno de los asesores de la vicepresidenta.
Este no es el primer debate en el que se ha cuestionado el uso de los micrófonos. Durante el debate del 27 de junio en la CNN entre Donald Trump y Joe Biden, se cortó el micrófono de cada candidato cuando no le correspondía hablar a petición del presidente de 81 años. Sin embargo, Kamala Harris, quien sustituyó a Biden en la carrera hacia la Casa Blanca, prefiere que los micrófonos estén abiertos todo el tiempo, como suele ser el caso en los debates presidenciales, porque su rival tiene tendencia a las invectivas y las interrupciones inoportunas.
A pesar de las discrepancias, el equipo de campaña de Harris se mantiene optimista y confía en que el debate se llevará a cabo según lo programado el próximo 10 de septiembre. Kamala Harris cuenta con una ligera ventaja en los sondeos, pero debe mantener su impulso y ampliar distancias con Donald Trump antes de los comicios de noviembre.