Los productos de limpieza están hechos de una mezcla con diversos químicos, los cuales siempre tienen leyendas de precaución en donde se advierte que no se tenga contacto con los ojos, mucosas o con piel directamente, puestos pueden ocasionar irritación, reacciones alérgicas, intoxicación y en casos más graves, desencadenar una enfermedad.
Por esta razón hay que manipularlos siempre con la mayor cautela posible, hoy te hablaremos de un químico que está presenta en los productos de limpieza y que recientemente se descubrió que puede provocar la enfermedad de Parkinson.
¿Qué sabemos de la enfermedad de Parkinson?
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta el sistema nervioso central, especialmente las células nerviosas que producen dopamina en el cerebro. Fue descrita por primera vez por el médico británico James Parkinson en 1817 y, desde entonces, se ha convertido en una de las afecciones neurológicas más estudiadas y conocidas, pues afecta al movimiento voluntario.
Los síntomas del Parkinson involucran temblores en las extremidades, rigidez muscular, lentitud de movimientos y dificultades para mantener el equilibrio y la postura. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo, lo que puede dificultar la realización de actividades cotidianas y afectar la calidad de vida.
El estudio que revela al químico que puede causar Parkinson
En un estudio reciente publicado en la revista Journal of Parkinson’s Disease, científicos reportaron que una sustancia química muy utilizada, está promoviendo la enfermedad de Parkinson. Esta sustancia se ha empleado por más de 100 años en el proceso para descafeinar el café, secar la ropa y desengrasar metales.
El estudio fue respaldado por un gran número de investigadores en los cuales están neurólogos del Centro Médico de la Universidad de Rochester (URMC), el Centro Médico de la Universidad de Radboud; el Centro de Experiencia en Parkinson y Trastornos del Movimiento de Nimega, Países Bajos; el Instituto Weill de Neurociencias, Departamento de Neurología de la Universidad de California-San Francisco y el Centro de Neurodegeneración y Terapéutica Experimental del Departamento de Neurología en Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos; todos ellos reportaron que el sustancia llamada Tricloroetileno o TCE, es un factor detonante de la enfermedad de Parkinson.
La relación entre el Parkinson y la TCE
De acuerdo con el artículo científico, hace más de 50 años que se relacionó por primera vez que relacionó la TCE con el Parkinson, en una investigación en donde se emplearon modelos biológicos como ratas y ratones y se demostró que la TCE puede ingresar muy fácilmente al cerebro y al tejido corporal. En concentraciones altas de sustancia, puede provocar a las mitocondrias, que son los organelos de las células donde se produce energía.
En los resultados de la experimentación con animales se encontró que hay una pérdida selectiva en las células nerviosas productoras de dopamina, estas es una característica importantísima de la enfermedad de Parkinson en humanos.
Personas afectadas
Dentro del trabajo de investigación se describen 7 casos de personas en las que el TCE pudo ser un factor que desarrolló el Parkinson. La evidencia apunta la relación entre las exposiciones al TCE por décadas y la aparición de la enfermedad. En el estudio se incluyó al jugador de básquet profesional Brian Grant, que jugó durante 12 años en la NBA y fue diagnosticado con Parkinson a los 36 años. Se describe que Grant estuvo expuesto a TCE cuando tenía tres años y su padre, que era un marine estaba asentado en Camp Lejeune.
Sobre el Tricloroetileno o TCE
El tricloroetileno (TCE) es un compuesto químico orgánico que se utiliza principalmente como solvente industrial. Es un líquido incoloro con un olor dulce y penetrante. El TCE es soluble en agua y en la mayoría de los disolventes orgánicos, y es inflamable en concentraciones de vapor de aire superiores al 3%.
El TCE se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones industriales, incluyendo la fabricación de productos químicos, la producción de plásticos, la limpieza de metales y la eliminación de grasas y aceites de maquinaria. También se utiliza como solvente de extracción en la industria alimentaria.
Sin embargo, el TCE es un contaminante ambiental preocupante debido a su toxicidad y su persistencia en el medio ambiente. La exposición prolongada al TCE puede causar daño hepático, renal y nervioso, así como problemas respiratorios y dermatitis. También se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer, especialmente de cáncer de hígado y de riñón.