Los jinetes del SNTE 50 y los 4 mil millones.
Al señor presidente Andrés Manuel López Obrador se le ocurrió que los viejos poderes deberían retirarse, refrescar las instituciones, y con ello, propuso y se aprobó una reforma que ahora obliga a los sindicatos a ser más transparentes y democráticos, logrando así que todos los trabajadores de la educación tengan derecho pleno a votar y arrebatando ese poder a quienes fungían como delegados, que casi siempre, eran los amigos de los dirigentes.
En Nuevo León están por renovar una dirigencia, y nos cuentan desde tierras regias que surgió una planilla de “unidad” y es por ello que en esta columna, nos dimos a la tarea de explicarle a nuestros queridos lectores, qué significa la “unidad” en términos electorales y sindicalistas.
Habría que ser muy ingenuo por no decir tonto, para creer que la unidad y la democracia son aliados, el SNTE, en casi todos los estados del país, se “renovó” con las famosas “planillas de unidad” que no son otra cosa que los dueños del sindicato poniéndose de acuerdo y repartiendo el pastel, que para el caso de Nuevo León, tiene un presupuesto de más de 4 mil millones de pesos. ¡Bolas! Hay municipios en México que ya los quisieran.
En el estado del norte, que inicia con procesos de cambio de dirigencia, los profes andan muy molestos porque los servicios médicos que utilizan están obsoletos, olvidados y sin medicinas, es más, un sindicalizado de un municipio rural tiene mejor atención médica que un maestro de la sección 50 en Nuevo León, y aún con todo eso, a los dueños del SNTE, es decir, los distintos grupos que tienen poder ahí, no les preocupa ni poquito, pues claro, ellos se atienden en el Zambrano ¿o me va a decir usted que van al módulo? Y tan no les preocupa ya ni el cinismo o el descaro, que se reunieron en un salón hace unos días para discutir cómo se iban a repartir las carteras del sindicato, pero además, quién iba a encabezar la planilla.
No tardaron en aparecer los nombres, cada grupo de poder empujaba al suyo, sin embargo terminó ganando Juan José Gutiérrez, quien por cierto, es hijo de quien administra los servicios médicos actualmente. ¡Bolas! No sea usted mal pensado.
O sea que, a los dueños del SNTE no les importó que la principal queja de los profes fuera el servicio médico y ahora hasta imponen como en tono de burla a un muchacho que es hijo de quien tiene en pésimas condiciones dicho servicio. ¡Zaz! Les recetaron una cachetada a los maestros y todavía algunos les aplaudieron.
Ahora bien, el negocio jugoso dentro del SNTE es precisamente el servicio médico, donde están en juego más de 4 mil millones de pesos, todos quieren administrarlo, todos quieren quedarse con ese espacio, la dirigencia es lo de menos, y como las aguas estaban revueltas tuvo que ir a Monterrey gente del Comité Nacional para apaciguarlas porque ni uno quería ceder.
Nos cuentan que fue idea del Nacional dividir en tres carteras diferentes lo que siempre se había manejado en una, por lo que ahora habrá tres encargados de diferentes cosas en los servicios médicos, sí, tres carteras, tres personas, justo el número tres, el número de personas que se sentaron en una mesa a negociar que Juan José Gutiérrez tuviera la titularidad, pero que dejara a los otros TRES grupos operar el tan anhelado servicio médico.
Se cerró el pacto, ahí en lo privado, salió humo blanco de la famosa “planilla de unidad”, acordaron no pelear, sino trabajar juntos para vencer a las ocho planillas disidentes o de oposición, y no auditar las cuentas del todavía dirigente López Rosas.
Los dueños del SNTE lo volvieron a hacer, ahora el reto será intentar verle la cara de ingenuo, por no decir tonto, al magisterio, a las bases qué, se supone, son el gremio pensante de la nación… ¿lo son?
Veremos, por lo pronto los números en las encuestas ponían en último lugar al hijo del del encargado de los servicios médicos, con un solitario 5% de intención de voto, pero todo puede pasar.
Veremos y diremos y si le preguntan, lo leyó aquí, en Sin Chayote.